Durante décadas, la búsqueda de un coche más silencioso se ha centrado en una estrategia clara: añadir material. Más aislamiento acústico, más espumas, paneles acústicos adicionales y, en los vehículos de gama alta, complejos sistemas activos con micrófonos y altavoces. Sin embargo, ZF presenta una propuesta innovadora que promete reducir perceptiblemente el ruido de rodadura sin necesidad de incorporar ninguna pieza nueva al vehículo.
Esta tecnología, denominada Active Noise Reduction, será presentada oficialmente en el CES 2026 de Las Vegas. A diferencia de lo que se podría pensar, no se trata de un nuevo amortiguador, sino de la utilización de amortiguadores semiactivos ya existentes, sin requerir componentes adicionales. La clave reside en una función basada completamente en software, diseñada para abordar uno de los ruidos más molestos en los automóviles modernos, especialmente a medida que los vehículos eléctricos ganan terreno: el ruido generado por los neumáticos, que se transmite al habitáculo a través del chasis y la suspensión.
El sistema emplea sensores de aceleración, presentes en algunas suspensiones, para medir las vibraciones provenientes de las ruedas. Un algoritmo identifica los patrones característicos del llamado ruido de cavidad del neumático, que se manifiesta alrededor de los 200 hercios. Con esta información, el sistema actúa sobre las válvulas de unos amortiguadores semiactivos CDC, realizando ajustes para compensar estas vibraciones. No se modifica la firmeza o suavidad de la suspensión, sino que se aplican micro-movimientos precisos que contrarrestan las vibraciones, reduciendo la transmisión del ruido sin afectar al comportamiento dinámico del vehículo.
ZF asegura que esta tecnología puede reducir el ruido de los neumáticos hasta en 3 decibelios. Es importante recordar que un aumento de 3 dB equivale a duplicar la fuente sonora, lo que significa que estos amortiguadores de ZF podrían hacer que el ruido percibido sea el equivalente a tener solo dos neumáticos contribuyendo al sonido total. A largo plazo, la compañía aspira a alcanzar una reducción de hasta 10 dB, una diferencia significativa que transformaría la experiencia acústica de un utilitario ruidoso, asemejándola a la de un coche de lujo.
Esta solución de ZF se enmarca dentro de su estrategia Chassis 2.0, un claro ejemplo de lo que se puede lograr con el concepto del “coche definido por software”. En el futuro, esta tecnología podría extenderse a otros componentes del chasis, como la reducción activa de chirridos de freno.
Además, representa un ejemplo de integración de funciones que permite a los fabricantes de componentes ofrecer funcionalidades ampliadas y, al mismo tiempo, reducir costes, un factor crucial para ser seleccionados en proyectos de nuevos vehículos. Esto podría afectar a otros proveedores, ya que se eliminaría la necesidad de soluciones tradicionales como aislantes adicionales o sistemas activos de cancelación de sonido.
Digitalizarse o morir
La sofisticada y virtual propuesta de ZF no solo ahorrará peso y facilitará el montaje del vehículo, sino que también podría plantear desafíos en cuanto a la reparación tras un accidente y la recalibración del sistema.
Lo más relevante es que ZF ha enfocado su sistema a vehículos generalistas y de precio contenido, en lugar de a modelos de alta gama ya silenciosos. Los beneficios de esta tecnología se sentirán especialmente en los coches más básicos. A cambio, los sistemas de amortiguación electrónica variable, más costosos que los convencionales, podrían convertirse en un estándar incluso en las gamas de entrada.
La producción en serie está prevista para 2028, lo que subraya una idea fundamental: si un amortiguador puede asumir parte del trabajo de desarrollo del neumático y de otros componentes del automóvil, el reparto de valor en el coche digital se vuelve incierto.
