Casi la mitad de la población de Afganistán, alrededor de 21.9 millones de personas, necesitará asistencia humanitaria el próximo año. Años de conflicto, exacerbados por la creciente inseguridad alimentaria, desastres naturales recurrentes, el impacto del cambio climático y el retorno masivo de desplazados, han creado una situación crítica en el país.
De este total, 17.5 millones de personas – más de tres cuartas partes mujeres y niños – han sido identificadas como prioritarias para recibir apoyo a través de una respuesta coordinada.
Alimentos e higiene básica, necesidades urgentes
La seguridad alimentaria y el saneamiento son actualmente las necesidades más apremiantes. Según el Plan de Necesidades y Respuesta Humanitaria de Afganistán, se proyecta que durante la temporada de escasez de 2025-2026, más de un tercio de la población afgana enfrentará inseguridad alimentaria de nivel de crisis o peor, según la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC). Esto implica que muchos hogares solo podrán cubrir sus necesidades alimentarias básicas agotando sus recursos esenciales, lo que representa un deterioro significativo en comparación con el año anterior.
La sequía persistente ha provocado la pérdida de casi el 80 por ciento de las cosechas de trigo de secano en varias regiones, dejando a numerosas familias sin reservas de alimentos para el invierno. La situación sanitaria es igualmente preocupante: se estima que el 25 por ciento de los hogares dependieron de fuentes de agua no mejoradas este año, mientras que el 37 por ciento carecía de jabón para la higiene básica. La respuesta humanitaria priorizará las necesidades de agua, saneamiento e higiene en las zonas más afectadas por la sequía, los brotes de cólera, los desastres y los retornos masivos de población.
El retorno a casa, una nueva crisis
Afganistán se enfrenta a una de las crisis de desplazamiento relacionadas con el retorno más grandes y de más rápido crecimiento en el mundo, con alrededor de cinco millones de personas que regresaron al país este año. Más de 2.6 millones de afganos regresaron de Irán y Pakistán, impulsados principalmente por el endurecimiento de las políticas migratorias y el deterioro de las condiciones de protección.
Muchos de estos retornados han llegado a distritos que ya luchan contra la pobreza, la inseguridad alimentaria, la sequía y el acceso limitado a los servicios básicos, lo que ejerce una presión adicional sobre las capacidades locales.
Más ayuda con menos recursos
En 2026, los socios humanitarios aspiran a llegar a un mayor número de personas con menos recursos. Los 1.710 millones de dólares requeridos representan una reducción del 29 por ciento en comparación con los recursos necesarios en 2025, pero con el objetivo de alcanzar a aproximadamente 4 millones de personas más que el año pasado. Estos cambios se han logrado “gracias a una priorización más precisa, notables ganancias en eficiencia y un cambio estratégico hacia intervenciones menos costosas y más sostenibles”, según se indica en el plan de respuesta.
