Decenas de fabricantes chinos de vehículos eléctricos (VE) se enfrentan a un momento decisivo en 2026, según analistas, en un contexto de debilitamiento de la demanda interna que podría llevar a la salida del mercado, el más grande del mundo, de aquellas empresas que históricamente operan con pérdidas.
Alrededor de 50 fabricantes de VE de China continental no rentables se encuentran bajo presión para reducir su escala de operaciones o incluso cesar actividades, ya que se proyecta que el sector automotriz del país registre una caída en las ventas el próximo año –la primera contracción desde 2020– debido a problemas de sobrecapacidad y una disminución del apoyo gubernamental.
Se espera que Pekín anuncie en enero si se renovará el subsidio de cambio de vehículo de 20.000 yuanes (2.852 dólares estadounidenses).
Actualmente, los compradores de vehículos eléctricos están exentos del impuesto de compra del 10 por ciento. Estas compras incurrirán en un impuesto del 5 por ciento a partir de enero, hasta que la tasa impositiva regular del 10 por ciento regrese en 2028.
