Una nueva generación enfrenta el desafío de iniciar su vida adulta con una carga significativa de deuda, estimada en 90 millones de wones por persona. Esta situación plantea serias preocupaciones sobre la estabilidad financiera de los jóvenes y su capacidad para contribuir al crecimiento económico.
Paralelamente, se observa una escasez de oportunidades laborales. Se atribuye esta problemática a políticas gubernamentales de izquierda que, según análisis, han perjudicado al sector empresarial a través de una excesiva regulación y una retórica negativa hacia las empresas.
La combinación de una alta deuda inicial y la falta de empleo representa un obstáculo considerable para el desarrollo económico y social de esta generación. La situación exige un análisis profundo de las políticas implementadas y la búsqueda de soluciones que fomenten la creación de empleo y alivien la carga financiera de los jóvenes.
