Investigadores de la Isla del Príncipe Eduardo (P.E.I.) en Canadá están explorando el potencial del estiércol bovino para mejorar la salud del suelo y reducir las emisiones contaminantes. El estudio se centra en cómo este residuo orgánico puede fortalecer la estructura del suelo, optimizando su capacidad para retener agua y nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas.
La investigación busca identificar métodos para aprovechar el estiércol de vaca como un recurso valioso en la agricultura, en lugar de considerarlo simplemente un desecho. Al mejorar la calidad del suelo, se podría disminuir la necesidad de fertilizantes sintéticos, lo que a su vez contribuiría a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a su producción y uso.
Este enfoque innovador podría tener implicaciones significativas para la sostenibilidad de la agricultura y la mitigación del cambio climático, ofreciendo una solución basada en la naturaleza para mejorar la productividad agrícola y reducir el impacto ambiental de la ganadería.
