La inflación en Estados Unidos se desaceleró inesperadamente en noviembre, lo que representa un alivio para los consumidores que han enfrentado un aumento persistente en el costo de vida.
Según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales publicados el jueves, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró un aumento del 2.7% en comparación con el año anterior. Esta cifra, inferior al 3% registrado en septiembre, representa la tasa más baja desde julio.
Es importante señalar que los datos de octubre no fueron calculados debido a que el cierre del gobierno obstaculizó la capacidad de las agencias estadísticas para procesar la información económica.
En un período de dos meses, de septiembre a noviembre, los precios al consumidor aumentaron un 0.2%, lo que equivale a un promedio del 0.1%. En septiembre, el incremento mensual fue del 0.3%.
Los economistas habían anticipado un aumento mensual del 0.3% en noviembre, lo que habría mantenido la tasa de inflación anual en el 3%, según las estimaciones de consenso de FactSet.
El informe del jueves también reveló una desaceleración en una medida estrechamente vigilada de la inflación subyacente.
Excluyendo los alimentos y la energía, categorías con precios más volátiles, el índice de IPC subyacente aumentó un 0.2% de septiembre a noviembre (promediando un 0.1% mensual), reduciendo significativamente la tasa anual a 2.6% desde el 3% registrado en septiembre.
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