La innovación atrae la inversión, y el sector de la longevidad está captando la atención de algunos de los empresarios y compañías más importantes del mundo. Por ejemplo, Alphabet, la empresa matriz de Google, opera Calico Labs, dedicada a la biología del envejecimiento. Asimismo, el multimillonario Jeff Bezos ha respaldado a Altos Labs, una startup centrada en la regeneración celular.
“La reprogramación epigenética –es decir, el rejuvenecimiento radical de las células– está pasando de ser una idea teórica prometedora a una fase de ensayos clínicos en humanos. De igual manera, el intercambio terapéutico de plasma, una especie de ‘cambio de aceite’, se está convirtiendo en uno de los primeros métodos aplicados en clínicas de longevidad con un impacto directo en el envejecimiento”, explica Petr Šrámek, socio director del fondo de inversión Longevitytech.fund, en declaraciones a Seznam Zprávy.
Cada vez más marcas de consumo están incorporando elementos de longevidad en el desarrollo de sus productos. L’Oréal, por ejemplo, colabora con empresas de biotecnología en la creación de productos para el cuidado de la piel que se centran en ralentizar el envejecimiento biológico. Nestlé, por su parte, se dedica a la nutrición orientada a la longevidad.
El interés comercial por la longevidad está en aumento, y no es de extrañar. La esperanza de vida media se ha más que duplicado desde 1900, alcanzando aproximadamente los 73 años en 2023. El envejecimiento de la población se presenta como una tendencia irreversible. Sin embargo, la revolución de la longevidad se enfrenta al problema de la calidad de vida. En promedio, las personas pasan los últimos 10-12 años de su vida con problemas de salud. Por ello, las empresas y los mercados están desplazando su atención del mero alargamiento de la vida hacia la mejora de su calidad.
Economía Plateada
Los cambios demográficos descritos anteriormente tienen implicaciones económicas, según la firma financiera Rothschild & Co. Los adultos mayores –especialmente la generación de los baby boomers, nacidos entre 1946 y 1964– disponen de una riqueza y un poder adquisitivo sin precedentes. Según Rothschild, el patrimonio neto promedio de esta generación en Estados Unidos es de entre 1 y 1,2 millones de dólares, lo que la convierte en la generación más rica con vida.
La abundancia de personas mayores con altos ingresos ha dado lugar a la llamada “economía plateada”, un mercado de productos y servicios adaptados a personas mayores de 50 años. Rothschild estima que la facturación anual global de este sector económico ronda los 15 billones de dólares, equivalentes a 312 billones de coronas checas. A modo de comparación, el PIB de Alemania en 2024 fue inferior a un tercio de esta cifra.
Las empresas de todos los sectores están creando productos que mejoran la calidad de vida de las personas mayores, impulsadas por la expansión de este mercado. Se prevé que el mercado global de productos antienvejecimiento, que incluye productos farmacéuticos, bienestar, cuidado de la piel y biotecnología, alcance los 85.000 millones de dólares en 2025 y supere los 120.000 millones de dólares en 2030.
“La investigación y los productos relacionados con la longevidad se han trasladado del margen al centro de interés de las grandes empresas farmacéuticas. Por ejemplo, Eli Lilly, la mayor compañía farmacéutica del mundo, está firmando acuerdos con empresas de biotecnología en el campo de la longevidad, lo que es una clara señal de sus prioridades futuras”, explica Šrámek.
Según él, la longevidad es un tema que también interesa al mundo financiero y a la política. “Los bancos están empezando a introducir índices de longevidad y los sistemas de pensiones están monitorizando la esperanza de vida saludable de las personas. Esto se refleja en su enfoque del mercado laboral. Este fenómeno generará nuevos productos financieros, modelos de seguros y, al mismo tiempo, presión sobre los reguladores para que adopten una postura ante las intervenciones contra el envejecimiento”.
Longevidad en la República Checa
El aumento de la esperanza de vida también afecta a la República Checa. Según la Oficina Checa de Estadística, las mujeres viven una media de 83 años y los hombres de 77 años. Sin embargo, la esperanza de vida saludable de los checos es de aproximadamente 62 años, según datos de Eurostat.
Una investigación de la consultora Swiss Life Select revela que los checos esperan una larga esperanza de vida y un envejecimiento saludable. Consideran una vida larga como algo normal, y la mayoría espera vivir más de 95 años. Según la encuesta, más de un cuarto de la población espera superar esta cifra. Alrededor de un cuarto también espera una octava década activa. Por el contrario, desean jubilarse a los 64 años o antes, un tercio incluso antes.
“Los checos esperan vivir la vida más larga de la historia, pero al mismo tiempo la carrera laboral más corta. Sin embargo, en esta visión optimista se esconde una pregunta fundamental que pocos se plantean: si vivo más tiempo, ¿podré permitírmelo? Y ahí es donde empieza a romperse la historia de la longevidad checa”, advierte Karel Šulc, director general de Swiss Life Select.
La paradoja financiera de la longevidad checa se agudiza, según la encuesta. La mayoría de los checos esperan tener una jubilación de más de 25 años. Alrededor del 70% de los encuestados confía en la pensión estatal para su vejez. Sin embargo, con el aumento de la esperanza de vida, pero una baja esperanza de vida saludable, lógicamente habrá menos personas que financien el sistema y más que se beneficien de él.
El valor medio del patrimonio de los hogares checos alcanzó los 4,5 millones de coronas checas según los datos del año pasado de la Oficina Checa de Estadística, aunque los estadísticos nacionales no investigan la distribución de la riqueza por edad. El valor del patrimonio de los checos depende en gran medida de la propiedad de bienes inmuebles.
La esperanza de vida saludable es clave desde el punto de vista económico, ya que una persona sana tiene más posibilidades de mantenerse independiente del sistema de pensiones. Como demuestran las investigaciones, muchas de las variables que influyen en la longevidad pueden ser controladas por el individuo y no requieren grandes recursos económicos. La actividad física y una dieta equilibrada pueden ser tan beneficiosas para la longevidad como la farmacia.
“Tenemos un corto período de vida saludable y, sin embargo, la sociedad persigue la inmortalidad. Si hablamos de longevidad en términos de vida larga, estamos adelantados a los tiempos. Estamos gastando mucho dinero en tratar enfermedades que a menudo se pueden prevenir. Por ejemplo, nuestra república supera a Estados Unidos en obesidad, y hace diez años nos burlábamos de sus hábitos alimenticios”, afirma el cirujano Tomáš Šebek, jefe del proyecto Ministro de Salud, que busca prolongar la vida de los checos en cinco años, en declaraciones a Seznam Zprávy.
