En la noche del 23, Lency sintió las primeras contracciones, sabiendo que el momento del nacimiento de su bebé se acercaba. Coincidentemente, el cielo se iluminaba con fuegos artificiales, como una celebración anticipada de la nueva vida. Así, bajo esa lluvia de luces, nació Kaïs, un niño que llegó para llenar de alegría a su familia.
Aunque Kaïs estaba previsto para el mes de enero, decidió adelantarse. “Fue una sorpresa para mí”, compartió su madre. “Esperamos dos días, y finalmente llegó a la medianoche.”
Acompañada por su madre, Laetitia, quien estuvo presente durante el parto, Lency relató este momento único e invaluable, un recuerdo que atesorará para siempre.
El nacimiento de Kaïs coincidió con la explosión de los fuegos artificiales. La madre de Lency también experimentó la maternidad a los 18 años, y ahora, la abuela se convirtió en abuela a los 36 años.
Después de esta noche llena de emociones, la familia planea descansar y disfrutar de la Navidad juntos.
