Nuevas dataciones sugieren que las estructuras alargadas, similares a casas largas, datan en realidad del período comprendido entre el 640 y el 775, varias generaciones antes de la llegada de los primeros vikingos al archipiélago.
Según Noble, los resultados indican que los pictos desarrollaron su propio estilo arquitectónico a lo largo del tiempo y que continuaron habitando estas casas mucho después de la llegada de los vikingos a la isla.
Los investigadores proponen que la transición de los pictos, de origen céltico, al dominio vikingo debe considerarse más como un cambio cultural gradual que como una ruptura violenta. Si bien es probable que se produjeran enfrentamientos violentos, la investigación no apunta a una erradicación directa.
