Tras un inicio de invierno marcado por condiciones a menudo suaves y una circulación atmosférica poco dinámica sobre gran parte de Europa, el escenario meteorológico está destinado a cambiar durante las fiestas navideñas. Las proyecciones de los principales modelos numéricos indican una fase caracterizada por una mayor ondulación del flujo atlántico, con la aparición de configuraciones de bloqueo en latitudes altas.
22-29 de diciembre: bloqueo de Rex y circulación invertida. La primera fase se caracteriza por la formación de un bloqueo de Rex, con una alta presión que tiende a posicionarse entre Escandinavia y el Mar de Noruega. En esta situación, la alta presión no protege el Mediterráneo, sino que se ubica más al norte de lo habitual, dejando la cuenca central expuesta a corrientes más inestables. El resultado es una fase más dinámica en el Mediterráneo, con posibles oleadas de mal tiempo también en Italia y temperaturas en descenso.
La nieve afectará principalmente a las zonas montañosas, con algún posible descenso a altitudes más bajas en el Noroeste. En general, el período navideño se enmarca en un contexto más normal en comparación con las frecuentes Navidades suaves y anticiclónicas de los últimos años: no se esperan fríos extremos, pero tampoco un dominio de altas presiones persistentes.
29 de diciembre – 5 de enero: En la segunda fase, la configuración general evoluciona aún más. El área de alta presión tiende a trasladarse hacia el oeste, ocupando el Atlántico Norte. Es en este paso cuando se forma un bloqueo atlántico. En este contexto, las masas de aire de origen ártico tienen mayores posibilidades de descender hacia Europa, favoreciendo un enfriamiento más generalizado en el corazón del Viejo Continente, con condiciones puramente invernales. Italia también podría verse afectada por vientos fríos y temperaturas bajo el promedio, aunque con modalidades e intensidad aún por definir. Existe incertidumbre sobre la trayectoria exacta de las bajas de frío: pequeños desplazamientos de la configuración general pueden marcar una gran diferencia en los efectos locales.
El esquema caracterizado por un anticiclón sobre Escandinavia seguido de un bloqueo sobre el Atlántico Norte no es anómalo, pero tampoco es el más común; se enmarca dentro de la variabilidad invernal normal. La particularidad reside en la secuencia de los pasos y en la persistencia de la circulación, que tiende a permanecer ondulada durante más tiempo de lo habitual, con oportunidades para la llegada de aire frío.
