El cultivo de papa en la región de Traslasierra, provincia de Córdoba, enfrenta crecientes desafíos debido a la escasez de agua. La combinación de menores precipitaciones, la alta demanda hídrica del cultivo y la limitada eficiencia de los métodos de riego tradicionales ha impulsado al INTA Villa Dolores a investigar alternativas innovadoras. Entre ellas, destaca el riego por goteo subterráneo, que ya se está probando en campos de productores locales.
“El riego es un factor clave en nuestra región”, enfatizó Silvana Walter, jefa de la Agencia de Extensión Rural del INTA Villa Dolores. Ante esta situación, productores de localidades como Los Cerillos y San José, ubicadas en un radio de 40 kilómetros alrededor de Villa Dolores, han comenzado a implementar sistemas de riego con esta nueva tecnología. Estas experiencias permiten evaluar, junto a los profesionales del INTA, los costos de implementación, las prácticas de manejo y las formas de mejorar la eficiencia.
En Traslasierra se realizan dos ciclos de producción de papa al año: el tardío, con siembra en febrero y cosecha en invierno, y el semitemprano, que comienza entre julio y agosto, con cosecha en noviembre y diciembre. La demanda de agua varía según la etapa del ciclo, oscilando entre 500 y 800 milímetros durante un período de aproximadamente 100 días.
Hasta ahora, los sistemas de riego utilizados para satisfacer esta demanda son el riego por gravedad, con agua del dique La Viña a través de surcos, y los sistemas de pivote con agua subterránea. Sin embargo, la escasez de lluvias en las últimas campañas ha reducido la disponibilidad de este recurso. Además de las precipitaciones, la baja eficiencia de los sistemas tradicionales es motivo de preocupación. Según mediciones del INTA, del Consorcio de Usuarios de Riego Río de los Sauces y la Escuela Laboratorio Móvil de Irrigación del Programa de Servicios Agrícolas Provinciales (PROSAP), el riego por surcos apenas alcanza una eficiencia del 40% en el uso del agua.
Esta problemática ha motivado la búsqueda de tecnologías adaptadas a las condiciones locales, que permitan mejorar la eficiencia y ser viables en lotes donde no es posible instalar un sistema de pivote. “Con la misma cantidad de agua, se podría regar tres veces más una hectárea con riego por goteo que con riego por surco”, explicó Walter, agregando que también se ha realizado un cálculo de productividad del agua.
Experiencias locales
En las últimas campañas, el INTA Villa Dolores ha acompañado a productores locales en la implementación de sistemas de goteo subterráneo en sus lotes. La primera experiencia se llevó a cabo entre agosto y diciembre de 2024, y la segunda entre febrero y junio de este año. En ambos casos, los productores recibieron acompañamiento técnico del equipo del INTA.
“La operación del sistema de goteo subterráneo es mucho más sencilla que el riego por surco, que se realiza manualmente y puede tardar más de 24 horas, incluso de noche. Además, este nuevo sistema elimina costos asociados a la limpieza de acequias”, destacó Walter.
Otro aspecto evaluado fue el comportamiento del agua en profundidad. A diferencia de otras zonas de Córdoba donde esta tecnología ya está implementada, en Traslasierra era necesario confirmar si el agua asciende por capilaridad desde los goteros enterrados hacia el sistema radicular de la papa. Las evaluaciones realizadas permitieron verificar la adaptación de la tecnología al sistema de cultivo local.
Además del requerimiento de agua, la papa presenta particularidades agronómicas que la diferencian de otros cultivos extensivos. “No se realiza siembra directa, sino que requiere un laboreo previo del suelo, y el tubérculo semilla se coloca a una profundidad de entre 15 y 18 centímetros”, detalló Walter. La cosecha también es mecánica, utilizando una herramienta llamada “peludo o arrancador” que invierte el pan de tierra para facilitar la recolección.
Por lo tanto, era importante determinar si el sistema de riego por goteo enterrado podría interferir con la maquinaria o dañarse durante las labores. Las primeras pruebas indican que no hay inconvenientes. “En la última experiencia, los laterales de riego se colocaron entre 35 y 40 centímetros, mientras que el tubérculo se desarrolla por encima, lo que sugiere que los laterales de riego no se verán afectados”, aseguró Walter.
Beneficios e inversiones a largo plazo
Además de aumentar la eficiencia en el uso del agua, el sistema permite integrar la fertilización con el riego, abriendo nuevas posibilidades para el manejo de precisión. “El fertirriego es más eficiente que la aplicación de fertilizante al suelo, ya que permite aplicar la cantidad exacta de nutrientes que el cultivo necesita”, señaló Walter.
Otro beneficio es la posibilidad de ajustar el riego a la demanda del cultivo. En el sistema tradicional, los productores deben coordinar con el consorcio para recibir el agua, lo que a menudo implica demoras o aplicaciones excesivas. En cambio, con el sistema de goteo subterráneo, se puede regular la frecuencia y cantidad de agua aplicada en función de las necesidades del cultivo y las condiciones climáticas.
Si bien la implementación del sistema requiere una inversión inicial significativa – en el lote de prueba se impermeabilizó una represa con geomembrana y se instaló todo el sistema de bombeo, filtrado y distribución – se trata de una tecnología con una vida útil estimada de 12 a 15 años. Por ello, desde el INTA se recomienda considerarla como una inversión a largo plazo, especialmente en contextos de escasez hídrica.
Resultados prometedores
César Díaz Nicotra, ingeniero de la empresa Argeswater SRL, asesora al productor Antonio Martínez en la implementación del riego por goteo enterrado en su cultivo de papa. Con el apoyo técnico del INTA, realizó un seguimiento de la primera experiencia en la estancia La Primavera, en San José, donde se cultivan 500 hectáreas de papa con alta tecnología.
En esta estancia, el riego por goteo ya abarca 50 hectáreas, destinadas a la producción de forraje de alta calidad para alimentar un feedlot de 2000 cabezas. Para el cultivo de papa, la empresa incursionó en el sistema de goteo enterrado en seis hectáreas. “Al obtener excelentes resultados, se decidió instalar otro equipo con el mismo sistema, dedicado exclusivamente a este cultivo”, indicó Díaz Nicotra.
En la campaña actual, proyectan alcanzar una producción de alrededor de 33 toneladas por hectárea. “Esto representa un aumento de entre el 20 y el 30% en el rendimiento en comparación con las parcelas sin esta tecnología”, afirmó Díaz Nicotra, aunque advirtió que el ciclo anterior se vio afectado por una helada en el día 82.
“El riego por goteo subterráneo también permitió optimizar la fertilización durante todo el ciclo y aumentar el potencial productivo del cultivo”, explicó Díaz Nicotra. Por esta razón, la empresa ha decidido ampliar los equipos de riego a 25 hectáreas en Los Cerrillos, otra de sus explotaciones.
El acompañamiento del INTA es fundamental. “La interacción entre nuestra empresa, los productores y los profesionales de la institución nos permite ajustar la tecnología utilizando datos de ensayos locales: diseñar los equipos, medir el agua y los nutrientes del suelo, y planificar la fertilización de acuerdo con la demanda ambiental”, concluyó.
