Las infecciones distintas al coronavirus en sí mismo podrían ser factores esenciales que contribuyen a los síntomas persistentes tras la enfermedad. El virus de Epstein-Barr (VEB) se perfila como un sospechoso clave en este contexto.
Entre los factores que podrían estar prolongando los síntomas post-COVID se encuentran otras infecciones que, aunque no sean el SARS-CoV-2, pueden desencadenar o exacerbar problemas de salud a largo plazo.
El VEB, un virus común que causa la mononucleosis infecciosa, está siendo investigado por su posible relación con la persistencia de síntomas en algunos pacientes que han superado la COVID-19. Se están realizando estudios para determinar la prevalencia del VEB en personas con síntomas prolongados y comprender mejor su papel en la recuperación.
