Para algunos, la riqueza se mide en dinero. Para otros, en las horas que quedan para uno mismo y para la familia. A esta segunda categoría pertenecen muchos padres y madres que, especialmente tras el masivo smart working implementado durante la pandemia, han descubierto que evitar el tráfico matutino y seguir de cerca la vida de sus hijos vale tanto, si no más, que un ascenso. Y hoy, una simple pregunta está dividiendo a millones de personas: ¿cuánto vale realmente la flexibilidad?
Un video en TikTok, publicado por la creadora de contenido Christina Najjar, conocida en línea como Tinx, fue el detonante de este debate. La pregunta, aparentemente sencilla, ha explotado en la web. Ante la posibilidad de elegir, ¿aceptarían trabajar desde casa por 120.000 dólares al año o preferirían ganar 240.000 dólares asistiendo a la oficina todos los días? La creadora afirma no tener dudas: ella volvería inmediatamente a su escritorio. Sin embargo, el tema es muy divisivo (como lo demuestran las más de 5 millones de visualizaciones en pocos días) y los usuarios han iniciado una acalorada discusión que puede revelar mucho sobre las perspectivas de una nueva generación de adultos y padres con respecto al equilibrio entre la vida laboral y personal.
¿Dinero o vida privada?
Bajo el video de Tinx, el público se ha dividido en dos bandos. Por un lado, quienes gritan que “renunciar a 120.000 dólares extra es una locura”. Por otro, quienes aún prefieren priorizar su bienestar y el tiempo de calidad con su familia. Un comentario, en particular, captó la atención: si eres soltero, persigues el dinero. Cuando eres padre o madre que trabaja, eliges la posibilidad de permanecer en casa.
También hay quienes llevan la idea al extremo: “Aceptaría cada centavo, llevando a mi esposa a cuestas durante dos millas solo para ganar más”. Y también quienes, con calculadora en mano, desmontan los beneficios del salario doble pero en persona: entre impuestos, desplazamientos, pausas para comer, ropa de trabajo, cuidado de los hijos, “Ese dinero extra ya se ha esfumado, al igual que la libertad”, concluyó una mujer. Un millennial, por su parte, resume en pocas palabras el espíritu de la época (y probablemente de su generación): “Elegiría 120.000 dólares de forma remota todos los días de la semana”.
Por qué es diferente para los padres
Como muchos usuarios han señalado, el cambio de perspectiva se hace especialmente marcado con la llegada de los hijos. El trabajo a distancia permite a los padres conciliar ritmos y responsabilidades sin renunciar a la presencia física. La pausa para comer se convierte en el momento ideal para hacer la colada, preparar un plato más elaborado o llevar a los pequeños a una cita. Una hora libre puede ser la oportunidad de asistir a una reunión en la escuela o llevar al niño al curso de natación, ahorrando en niñeras y ganando en tiempo de calidad con la familia. Desplazarse a la oficina, por otro lado, implica un costo económico (la gasolina es cara y el transporte público tampoco es gratis) y una pérdida de tiempo. Las horas pasadas en el coche, tren o metro podrían emplearse para charlar con los hijos al regresar de la escuela o, simplemente, para descansar de las fatigas del día.
No es casualidad que la flexibilidad laboral –facilitada por un uso masivo del smart working u otras iniciativas como la semana laboral corta– sea uno de los temas más recurrentes en los debates sobre las medidas a implementar para combatir la baja natalidad y ayudar a los ciudadanos a tener más hijos. Por ahora, incluso en Italia, las palabras no se han traducido en medidas serias, pero una simple pregunta lanzada en TikTok ha demostrado que el tema del valor del tiempo personal y familiar está más candente que nunca.
