El invierno meteorológico comenzó el 1 de diciembre y se extenderá hasta finales de febrero, pero el invierno astronómico se inicia con el solsticio y finaliza con el equinoccio de primavera. Los solsticios de invierno y verano marcan los momentos en que la Tierra está más inclinada hacia el Sol con su hemisferio norte o sur. Esta inclinación varía a medida que nuestro planeta orbita alrededor del Sol.
Debido a que la Tierra no tarda exactamente 365 días en completar su órbita alrededor del Sol, las fechas y horas del solsticio varían. Este año, el solsticio de invierno ocurrirá el 21 de diciembre a las 16:03, hora de Europa Central. Aunque generalmente ocurre el 21 o 22 de diciembre, en ocasiones puede caer el 20 o el 23 de diciembre.
Después del solsticio, los días comienzan a alargarse, aunque de forma muy gradual, inicialmente ganando solo un minuto al día. Este fenómeno no ha pasado desapercibido para el folclore popular. Una de las frases tradicionales dice: “En Nochebuena, una hebra; en Año Nuevo, una espiga”. Otras refranes populares incluyen: “En Navidad (25 de diciembre), un paso de pollito” (o “una mudada de pulgas” o “un bostezo de mosquito”), “En Año Nuevo, un paso de gallina, en Reyes (6 de enero) dos pasos más” o “En Candelaria (2 de febrero), una hora más”.
Antes del solsticio, el sábado por la mañana antes de las 3:00 CET, la Luna estará en fase nueva, lo que significa que la parte que mira hacia la Tierra no estará iluminada por el Sol.
El Hexágono Invernal
“El cielo del solsticio de invierno de 2025 estará sin luna. Si pasas las próximas fiestas navideñas en la naturaleza, lejos de las grandes ciudades y con buen tiempo, la propia naturaleza se encargará de una hermosa y brillante ‘decoración’. Las noches de invierno sin luna son ideales para observar las estrellas más brillantes del cielo nocturno cerca de la tenue Vía Láctea, en los alrededores de la majestuosa constelación de Orión”, explicó Petr Horálek del Instituto de Física de la Universidad de Silesia en Opava.
En el brazo de Orión se encuentra Betelgeuse, una estrella rojiza y gigante roja al final de su vida. Esta estrella está rodeada por las brillantes estrellas Rigel (el pie de Orión), Aldebarán (la constelación de Tauro), Capella (la constelación del Coche), Pólux (la constelación de Géminis), Procyon (la constelación del Pequeño Perro) y Sirio (la estrella más brillante del cielo nocturno en la constelación del Gran Perro).
Estas estrellas prominentes forman un gran patrón en el cielo, conocido técnicamente como asterismo, llamado “Hexágono Invernal”. La figura es mejor visible alrededor de la medianoche, incluso desde las ciudades. Fuera de las ciudades, la Vía Láctea lo “cruza”. Además, en Géminis, el planeta Júpiter destacará como el objeto más brillante, según informó el instituto de Opava en su sitio web.
Cabe destacar que con el período del solsticio de invierno, cuando las noches comienzan a acortarse y los días a alargarse, en el pasado se asociaban diversas celebraciones. En el territorio de la actual República Checa, los celtas y más tarde los eslavos celebraban el solsticio, honrando el nacimiento del joven dios Sol: Dažbog. Todo comenzaba la noche anterior a este día con rituales mágicos centrados principalmente en la adivinación. Las celebraciones del solsticio de invierno entre los eslavos fueron reemplazadas más tarde por la Navidad, pero los cristianos adoptaron algunas costumbres, como partir una manzana, verter cera o plomo, o decorar los hogares con ramas de muérdago.




