Según un análisis reciente, Donald Trump está expandiendo su influencia y el culto a su personalidad a nivel mundial, con una estrategia que ha sorprendido a observadores políticos. El corresponsal de CNN, Stephen Collinson, señala que la administración Trump no se abstiene de promover sus ideas sobre la mejor manera de abordar la política internacional.
Collinson argumenta que, a diferencia de la mayoría de los presidentes, Trump “no se molesta con las pretensiones” al expresar sus convicciones sobre el rumbo que deben tomar los asuntos mundiales. El analista destaca que Trump ha transformado al Partido Republicano en un movimiento con rasgos de culto a la personalidad y que su influencia se extiende más allá de las fronteras estadounidenses.
En su segundo mandato, Trump se estaría comportando como el líder global de un movimiento nacionalista, buscando influir en la política de países como Argentina, Brasil, Colombia, Honduras, Corea del Sur, Venezuela, Sudáfrica y diversas naciones europeas. Según Collinson, Trump tiende a apoyar a líderes y candidatos que comparten su nacionalismo populista, aquellos que lo halagan o que enfrentan desafíos legales similares a los suyos.
El pasado lunes, Trump intervino nuevamente en la política israelí, donde goza de gran popularidad y, por ende, de una considerable influencia de cara a las elecciones generales previstas para el próximo año. Collinson subraya que Trump ha desafiado las convenciones presidenciales al involucrarse activamente en los asuntos internos y las elecciones de otros países.
Tradicionalmente, los presidentes estadounidenses han evitado interferir abiertamente en la política de otras naciones, considerando que es una falta de respeto y que podrían no desear recibir el mismo trato. Sin embargo, la administración Trump, según el análisis, persiste en sus esfuerzos por moldear la política exterior en beneficio propio. Un ejemplo reciente es Honduras, donde Trump advirtió que habría “consecuencias” si Nasry Asfura, del Partido Nacional conservador, no resultaba ganador en una ajustada elección presidencial.
