Una destacada economista ha rechazado la idea de una “amenaza china”, calificándola de un “etiquetado completamente erróneo”. Argumenta que, en cambio, el país ha impulsado la difusión global de tecnología al reducir significativamente los costos a través de la producción a gran escala.
“Debemos reconocer que otra perspectiva es ver a China no como una amenaza, sino como un gran benefactor en la difusión de tecnología en todo el mundo”, afirmó en el Global Supply Chain Business Summit en Hong Kong.
Describió a China como un “contribuyente enorme” a la proliferación de tecnología avanzada, que consideró “esencial” para las economías en desarrollo que buscan ponerse al día con el resto del mundo.
También destacó que la transición de Pekín hacia una economía más impulsada por el consumo y los esfuerzos para frenar la “involution” –la competencia despiadada y de baja calidad que ha reducido los beneficios en varias industrias– reflejan una conciencia de la necesidad de reequilibrar la situación.
“No será fácil. Llevará tiempo, de tres a cinco años”, dijo. “Pero también vemos al gobierno tratando de contener el entusiasmo y la urgencia por las exportaciones, porque necesita pensar en la armonía global.”
