En una próxima cumbre, la ministra japonesa de Economía, Comercio e Industria, Sanae Takaichi, y los líderes de cinco naciones de Asia Central esperan establecer un marco de colaboración en inteligencia artificial. Según el diario Nikkei Asia, esta iniciativa se centrará en el uso de la tecnología para la exploración de yacimientos minerales en minas aún no desarrolladas.
Paralelamente, Tokio planea ofrecer apoyo al desarrollo de la “Ruta del Mar Caspio”, una red logística que conecta con Europa evitando el territorio ruso, según informaron el diario Mainichi Shimbun y otros medios.
Aunque Japón ha fomentado durante mucho tiempo la inversión de sus empresas en la región, estas se han mostrado hasta ahora cautelosas.
Originalmente, el primer ministro Fumio Kishida tenía previsto visitar Kazajistán en 2024 para celebrar una reunión cumbre con los líderes de los cinco países de la región. Sin embargo, tuvo que cancelar el viaje a última hora debido a un grave desastre sísmico en el sur de Japón.
Mientras tanto, Xi Jinping visitó Astaná en junio, y China –que comparte fronteras con Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán– se ha posicionado como un socio comercial clave, invirtiendo en proyectos de infraestructura de gran envergadura.
Las antiguas repúblicas soviéticas aún consideran a Moscú como un socio estratégico, pero la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha generado inquietud.
Las áreas prioritarias para Japón incluirán el desarrollo de recursos, la asistencia para la descarbonización y la ayuda en infraestructura, según declaraciones de Uyama.
Además de tierras raras, Kazajistán es el mayor productor mundial de uranio, Uzbekistán cuenta con importantes reservas de oro y Turkmenistán es rico en gas. Kirguistán y Tayikistán, países montañosos, también están abriendo nuevos yacimientos minerales.
No obstante, la explotación de estas vastas reservas sigue siendo compleja debido a la pobreza y las difíciles condiciones geográficas de estos países.
