¿Están los equipos de fútbol americano universitario de primer nivel y sus colectivos de nombre, imagen y semejanza (NIL) simplemente tratando de protegerse de las transferencias indiscriminadas, o están intimidando a los jugadores para que se queden con amenazas de demandas?
La inclusión de cláusulas de indemnización líquida en los contratos NIL se volvió común en 2025, un año que quedará marcado como el primero en que los deportistas universitarios fueron remunerados directamente por las instituciones. Sin embargo, algunos expertos sostienen que estas tarifas no pueden utilizarse como un arma para castigar a los jugadores que incumplen un contrato y se transfieren.
No sorprende que este tema haya derivado en una demanda, o mejor dicho, dos demandas, antes del inicio de 2026.
Menos de un mes después de que Georgia presentara una demanda contra el defensive end Damon Wilson II para recuperar 390.000 dólares debido a su transferencia a Missouri, Wilson respondió con su propia demanda, alegando que Georgia está utilizando indebidamente la cláusula de indemnización líquida para “castigar a Wilson por ingresar al portal de transferencias”.
La contrademanda de Wilson, presentada en el condado de Boone, Missouri, afirma que él fue uno de un pequeño grupo de estrellas de los Bulldogs presionado para firmar el contrato el 21 de diciembre de 2024. La demanda también alega que Wilson fue utilizado incorrectamente como un especialista en presión al quarterback, y que el esquema defensivo de Georgia lo obligaba a retroceder en cobertura de pase. Wilson, quien será senior la próxima temporada, lideró a Missouri con nueve capturas de quarterback esta temporada.
Georgia le pagó a Wilson 30.000 dólares, la primera cuota mensual de su acuerdo NIL de 500.000 dólares, antes de que este ingresara al portal de transferencias el 6 de enero, cuatro días después de que Georgia perdiera ante Notre Dame en los cuartos de final del College Football Playoffs.
Los directivos de los Bulldogs no estaban contentos. Wilson alega en su demanda que Georgia demoró la inclusión de su nombre en el portal y difundió información errónea a otras universidades sobre él y sus obligaciones contractuales.
“Cuando la Asociación Atlética de la Universidad de Georgia celebra acuerdos vinculantes con los atletas estudiantes, cumplimos con nuestros compromisos y esperamos que los atletas estudiantes hagan lo mismo”, declaró Steven Drummond, portavoz de Georgia, en un comunicado tras la presentación de la demanda inicial.
La contrademanda de Wilson dio un giro a ese comentario, argumentando que dañó su reputación al implicar que era deshonesto. Busca una indemnización por daños y perjuicios no especificada, además de no tener que pagar nada a los Bulldogs. La demanda de Georgia solicitó que la disputa se resolviera mediante arbitraje.
Una cláusula de indemnización líquida es una cantidad de dinero predeterminada que se estipula en un contrato y que una parte debe pagar a la otra por incumplimientos específicos. La tarifa tiene como objetivo proporcionar una estimación justa de las pérdidas anticipadas cuando los daños reales son difíciles de calcular, y no puede utilizarse para castigar a una de las partes por incumplir el contrato.
El caso de Wilson podría tener implicaciones de gran alcance, ya que es el primero que podría determinar si las universidades pueden hacer cumplir las cláusulas de indemnización líquida. Si bien podría ser comprensible que las universidades quieran protegerse de los jugadores que se transfieren poco después de recibir dinero NIL, los expertos legales señalan que las tarifas de indemnización líquida podrían no ser la forma adecuada de hacerlo.
