WASHINGTON – La administración de Estados Unidos impondrá nuevos aranceles a las importaciones de semiconductores chinos, aunque la implementación se ha retrasado hasta junio de 2027, según anunció el martes 23 de diciembre. Esta decisión, tomada por la administración Trump, busca preservar una frágil tregua comercial con Beijing.
La Oficina del Representante Comercial de EE. UU. (USTR) detalló que los aranceles se aplicarán a los chips chinos de “tecnología heredada” o más antiguos, tras una investigación de un año sobre lo que Washington calificó como el impulso “irrazonable” de Beijing por la dominación en la industria de los semiconductores. La tasa arancelaria se anunciará al menos 30 días antes de su entrada en vigor.
INVESTIGACIÓN SECCIÓN 301
Esta medida es resultado de una investigación de la Sección 301 sobre prácticas comerciales desleales, iniciada el año pasado bajo la administración del expresidente Joe Biden. La investigación concluyó que la expansión respaldada por el estado de la capacidad de fabricación de chips en China perjudica el comercio estadounidense y, por lo tanto, es “accionable” en virtud de la ley comercial, según la USTR.
Si bien se mantiene la opción de imponer aranceles, la administración optó por retrasar su implementación hasta mediados de 2027. Las autoridades indicaron que este plazo permitirá a Washington mantener influencia sin descarrilar las negociaciones más amplias con Beijing.
La embajada de China en Washington no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
CONSIDERACIONES SOBRE LA TREGUA COMERCIAL
El retraso se produce en un momento en que Estados Unidos busca aliviar las tensiones tras las restricciones de China a las exportaciones de metales de tierras raras, que son críticos para las cadenas de suministro de tecnología global y están en gran medida controlados por Beijing.
Como parte de los esfuerzos para mantener las conversaciones en marcha, Washington también ha pospuesto una regla que habría restringido aún más las exportaciones de tecnología estadounidense a unidades de empresas chinas ya incluidas en listas negras. En paralelo, la administración ha iniciado una revisión que podría permitir el envío a China de los chips de inteligencia artificial de segunda generación más potentes de Nvidia, según informó Reuters, a pesar de la oposición de legisladores estadounidenses que advierten que tales ventas podrían fortalecer las capacidades militares de China.
