Un avance en las negociaciones se produjo durante una cena en junio, regada con vodka, para discutir la situación de los presos políticos. El líder, de 71 años y complexión robusta, le preguntó a su invitado en Minsk si había perdido peso.
El invitado, el Sr. Coale, le explicó que su pérdida de peso se debía a inyecciones de Zepbound, un fármaco de una nueva clase de medicamentos para la pérdida de peso.
Entregó a su anfitrión un folleto del fabricante, Eli Lilly, y se ofreció a gestionar el suministro del medicamento para uso personal del Sr. Lukashenko.
Este gesto creó un ambiente de confianza mientras el Sr. Lukashenko instaba a Washington a flexibilizar las sanciones impuestas a empresas de su país, que también impedían la llegada de repuestos para su avión presidencial. A cambio, se mostró dispuesto a liberar a presos políticos.
Se esperan nuevas flexibilizaciones de sanciones
El mes pasado, Lukashenko liberó a 123 prisioneros, incluyendo al laureado con el Premio Nobel Ales Bialiatski y a Maria Kalesnikava, una destacada figura de la oposición.
Simultáneamente, Estados Unidos acordó levantar las sanciones sobre el potasio, un ingrediente clave en los fertilizantes y un producto de exportación lucrativo para Bielorrusia.
El Sr. Coale afirmó: “A medida que las relaciones entre ambos países se normalicen, se levantarán cada vez más sanciones”.
Funcionarios de la administración Trump consideran que este enfoque, basado en la diplomacia personal, podría servir como modelo para aliviar el aislamiento económico de Rusia, cuya economía se estima en 2 billones de dólares.
