En tan solo unas décadas, los alimentos ultraprocesados se han convertido en un componente principal de la dieta en muchas partes del mundo. A pesar de ser un grupo de alimentos relativamente nuevo desde una perspectiva evolutiva, nuestros intestinos parecen haberse adaptado rápidamente.
Los genes se incorporan a las bacterias
Investigadores de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) compararon las bacterias intestinales de personas de sociedades industrializadas con las de poblaciones que mantienen estilos de vida más tradicionales. Los resultados revelaron diferencias significativas.
Se descubrió que variantes genéticas específicas, que ayudan a las bacterias a digerir el tipo de almidón presente en los alimentos ultraprocesados, casi han sido incorporadas al genoma de las bacterias intestinales de las personas modernas.
