Investigaciones recientes están desafiando la creencia arraigada durante décadas de que las grasas son perjudiciales para la salud. Los hallazgos sugieren que las grasas saludables podrían tener un impacto positivo en la función cerebral, abriendo un nuevo debate sobre su papel en la dieta.
Según los datos de la investigación, las personas que consumen una cantidad considerable de queso graso diariamente presentan un riesgo de desarrollar demencia un 13% menor en comparación con aquellas que consumen muy poco queso. Es importante destacar que este efecto protector no se observó en quesos bajos en grasa, ni en productos lácteos fermentados como la leche o el yogur, lo que sugiere que la composición única del queso graso podría ser un factor clave para la salud cerebral.
