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Considere el caso de un restaurante que opera las 24 horas del día, los 7 días de la semana, manteniendo siempre su plantilla completa. A pesar de este compromiso, la afluencia de clientes es baja la mayor parte del tiempo, con excepción de las noches de fin de semana y las horas pico del almuerzo. El propietario, sin embargo, asume los costos de mantener el negocio en funcionamiento constante, incluyendo gastos de personal y alquiler, incluso durante los períodos de menor demanda.
