En una jornada informativa del jueves, analizamos tres artículos provenientes de periódicos británicos y estadounidenses. Los temas abordados incluyen el discurso político y las capacidades mentales del expresidente estadounidense Donald Trump, las llamadas europeas a restablecer el equilibrio en las relaciones económicas globales y el debate social y médico en torno a las opciones de las mujeres durante el parto en el Reino Unido.
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En las páginas del periódico estadounidense “USA Today”, Rex Huppke publica un artículo en el que expresa una profunda preocupación por el reciente discurso de Donald Trump, considerando que no fue una simple declaración política, sino un indicador inquietante de su estado mental.
El autor explica que Trump, durante un discurso televisado de aproximadamente veinte minutos el 17 de diciembre, pasó el tiempo gritando a la cámara con una expresión sombría, hablando con gran vehemencia sobre la grandeza de sus logros, en un momento en que “las cosas en Estados Unidos no están nada bien”.
Huppke señala que el discurso estuvo lleno de una avalancha de mentiras y exageraciones, que abarcaron la economía, los precios y la inmigración, hasta el punto de que, según sus palabras, “probablemente provocó la combustión espontánea de docenas de verificadores de datos”.
El autor afirma que “mentir es algo esperado de Trump”, pero lo que realmente llamó la atención fue el estilo de oratoria nervioso y furioso. Describe al expresidente como alguien “que tenía otro lugar al que quería ir y se sentía molesto por tener que lidiar con un discurso absurdo”.
Huppke añade que Trump, de 79 años, parecía incapaz de controlar el ritmo de su discurso y se mostró “francamente, como un anciano enojado y desequilibrado”.
El autor indica que Trump se niega a asumir cualquier responsabilidad por el aumento de los precios o el aumento previsto de las primas de la Ley de Atención Médica, limitándose a culpar a los demócratas.
Explica que esta afirmación ignora el hecho de que los republicanos controlan actualmente los centros de poder.
Huppke señala que Trump prometió a los soldados estadounidenses un cheque de recompensa de 1.776 dólares gracias a los aranceles, a pesar de que “técnicamente no tiene la autoridad para emitir tales cheques”, ya que eso es competencia del Congreso.
El autor recuerda una de las declaraciones más exageradas cuando Trump dijo: “Hace un año, nuestro país estaba muerto. Nuestro país estaba a punto de fracasar, ¡un fracaso total! Y ahora somos el país más exitoso del mundo”.
Huppke expresa su opinión personal, afirmando que ha seguido a Trump durante años, pero considera que este discurso fue “el más loco y el más claramente fuera de control”. Añade que las cosas no van bien, que las cifras de las encuestas están en declive y que Trump no parece tener otra solución que “gritar frente a la cámara”.
En conclusión, el autor plantea una pregunta inquietante: ¿Está bien Trump? Explica que no parecía estarlo en absoluto, instando a los lectores a ver el discurso por sí mismos y preguntarse si el orador “estaba cuerdo”.
Huppke compara esta escena con el desempeño vacilante del presidente Joe Biden en el debate de 2024, que llevó a muchos a cuestionar sus capacidades mentales.
El autor concluye con la pregunta “¿Qué demonios acabamos de presenciar?”, afirmando que esta es la pregunta que todos deberían hacerse, porque “el hombre que dirige nuestro país no está bien”.
“Necesitamos restablecer el equilibrio en las relaciones entre la Unión Europea y China”
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El presidente francés, Emmanuel Macron, escribe un artículo titulado “Necesitamos urgentemente restablecer el equilibrio en las relaciones entre la Unión Europea y China” en las páginas del Financial Times.
Macron afirma en su artículo que el desequilibrio comercial entre China y la Unión Europea ha alcanzado niveles sin precedentes, señalando que el superávit comercial chino con el mundo ha llegado a cerca de un billón de dólares, mientras que su superávit con la Unión Europea se ha duplicado hasta casi 300 mil millones de euros en diez años.
Explica que los aranceles estadounidenses y la débil demanda interna en China han contribuido al flujo de exportaciones chinas a Europa, una situación “insostenible tanto para Europa como para China”.
El presidente francés, autor del artículo, señala que recurrir a aranceles y cuotas no es la solución ideal, considerando que estos desequilibrios son el resultado de la baja productividad europea, por un lado, y la política de crecimiento basada en la exportación en China, por otro. Advierte que la continuación de esta trayectoria podría conducir a una grave guerra comercial, a pesar de que ambas partes tienen herramientas para abordar el problema.
Macron expresa la necesidad de que la Unión Europea comience con una reforma interna integral, a través de una nueva agenda económica basada en la competitividad, la innovación y la protección. Explica que la finalización del mercado único, especialmente en los sectores de la energía, la salud y la digitalización, y la inversión en investigación y tecnologías avanzadas, constituyen la piedra angular para fortalecer la competitividad europea.
También enfatiza la importancia de proteger la producción estratégica de la competencia desleal, estando dispuesto a utilizar instrumentos de defensa comercial cuando sea necesario.
El autor señala que financiar esta transformación requiere movilizar los enormes ahorros europeos, que se estiman en alrededor de 30 billones de euros, en lugar de dirigirlos al exterior. Indica que simplificar la regulación financiera y crear una unión de ahorro e inversión ayudarán a canalizar el capital hacia la innovación y el crecimiento dentro de Europa.
Por otro lado, exige a China que aborde sus desequilibrios internos estimulando el consumo interno y desarrollando una economía de servicios.
Macron concluye afirmando que la opción preferida es restablecer el equilibrio de forma cooperativa, pero advierte que Europa recurrirá a medidas proteccionistas si la asociación fracasa, considerando que una acción coordinada e inmediata es la única manera de lograr un equilibrio global sostenible.
La cesárea: “El método más seguro y controlado”
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En el periódico The Telegraph británico, un artículo titulado “Las mujeres deberían dejar de disculparse por elegir la cesárea” de la escritora Ella Whelan.
Whelan afirma que las mujeres deberían dejar de disculparse por elegir la cesárea, considerando que esta opción se ha vuelto más común en el Reino Unido, superando incluso al parto natural en la actualidad.
Recuerda que los datos oficiales publicados esta semana mostraron que el 45,1% de las mujeres en 2024-2025 dieron a luz por cesárea, en comparación con el 43,8% que tuvieron un parto natural.
La autora expresa su bienvenida a esta transición, basándose en su experiencia personal, explicando que sus dos hijos nacieron por cesárea después de años de tratamiento agotador, y afirma que quería que el parto se realizara “de la manera más segura y controlada, bajo la supervisión de un cirujano”.
Sin embargo, la autora señala que la cesárea sigue siendo estigmatizada socialmente, citando titulares como “demasiado civilizada para pagar” que persiguieron a figuras públicas.
Recuerda que una cultura anti-cesárea sigue arraigada en algunos hospitales, donde se obliga a las mujeres a asistir a “conferencias coercitivas” para convencerlas de que reconsideren su decisión. Critica lo que describe como afirmaciones poco convincentes, como la vinculación de la cesárea con el riesgo de obesidad infantil.
Explica que el deterioro de los servicios de maternidad en el Reino Unido aumenta la legitimidad de esta opción, señalando que la Care Quality Commission encontró que alrededor de dos tercios de las unidades de maternidad en Inglaterra no son seguras. Atribuye el problema a una “cultura tóxica” dentro del sistema de salud, que a veces se ve influenciada por grupos no científicos que promueven la idea de un “parto bueno” libre de intervención médica.
En conclusión, la autora expresa claramente su inclinación por la intervención médica, afirmando que es “una gran admiradora de la intervención médica”, y aludiendo con un estilo literario a que sus hijos fueron “arrebatados del vientre de su madre antes de tiempo”, en una alusión shakesperiana intencionada.
La autora termina su artículo con un mensaje contundente e inequívoco, que afirma que la seguridad y la elección consciente deben prevalecer sobre los ideales, diciendo brevemente: “Recurramos a la cirugía”.
