Una nueva legislación, impulsada por el plan del expresidente Trump, introduce cambios significativos en la gestión de la deuda estudiantil en Estados Unidos. La medida, con un costo estimado de 3.3 billones de dólares, busca generar un ahorro de 278 mil millones de dólares para el año 2034.
El núcleo de la reforma radica en la obligatoriedad para los prestatarios de migrar a planes de pago estándar, con plazos fijos que oscilan entre los 10 y los 25 años. Esta transición deberá completarse antes del 1 de julio de 2028.
La legislación no especifica detalles adicionales sobre los planes de pago alternativos disponibles, limitándose a indicar la necesidad de una transición hacia el sistema de pago estándar. Se espera que esta medida impacte significativamente a millones de prestatarios con deudas estudiantiles, modificando la estructura de sus obligaciones financieras.
