La coreógrafa de las estrellas Arlene Phillips surgió de sus humildes comienzos para trabajar con Whitney Houston y en Strictly Come Dancing. Ahora con 80 años, trae la magia de Grease a Dublín
Arlene Phillips recuerda el momento que cambió su vida para siempre. Sus padres habían conseguido a duras penas el dinero para llevar a la familia a un ballet. La cultura era una gran prioridad en su modesta casa de Manchester. Su padre compraba libros de segunda mano en el mercado y siempre estaban tocando música clásica en el tocadiscos. Para ellos, un día libre solía ser una visita a un museo o una galería de arte. Este día en particular fue para ver el Lago de los Cisnes. “Cuando vi a la bailarina hacer El cisne moribundo, supe que eso era lo que quería hacer para siempre”, dice Phillips. Estaba encantada por la belleza y la gracia, pero más que eso se trataba de escapismo. Se trataba de huir a otro mundo, un mundo mágico y alejado de las dificultades de su vida diaria.
“La vida era bastante dura”, dice, “así que ver este momento en el que podías ver a alguien más, en el que podías soñar. Eso es todo lo que siempre quise hacer: vivir en un mundo de danza, vivir en un estudio de danza y escuchar la música que me alejaría de todo lo que me rodeaba cuando era niña”.
2024-04-14 01:30:00
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