¿Es bueno beber agua alcalina? Cuando es bueno y cuando se vuelve peligroso

Cada vez se habla más del uso de agua alcalina en la dieta habitual, ya que ralentiza el proceso de envejecimiento y previene enfermedades crónicas. Es importante recordar que también tiene el potencial de producir efectos secundarios.

¿Qué es el agua alcalina?

Alcalino se refiere al nivel de pH del agua. Este es un número que mide la acidez o alcalinidad de una sustancia en una escala de 0 a 14. Por ejemplo, si una sustancia tiene un pH de 1, es muy ácida. En cambio, si tiene un pH de 13, es muy alcalino.

La mayor parte del agua potable, tanto del grifo como embotellada, tiene un pH neutro, generalmente pH 7, por lo que no es ni ácida ni alcalina. El agua alcalina, por el contrario, suele tener un pH de 9.

En el comercio existen tanto agua alcalina como dispositivos que, mediante un proceso químico, ionizan el agua, es decir, aumentan su alcalinidad.

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Los beneficios del agua alcalina

Reduce el ácido del estómago. Es necesaria la presencia de ácido clorhídrico en el estómago. El estrés, el consumo de alcohol y el tabaquismo, así como ciertos alimentos, hacen que la mucosa del estómago segregue un exceso de ácido clorhídrico. El esfínter esofágico inferior y el esfínter pilórico son sensibles al pH.

Por eso, en caso de exceso, el ácido sube por el esófago, llegando incluso a la garganta o la boca. Se trata de reflujo ácido.

Los medicamentos que reducen la acidez se pueden sustituir en este caso por el consumo de agua alcalina, que neutraliza los ácidos del estómago.

Es un poderoso antioxidante. El agua alcalina tiene la propiedad de neutralizar los radicales libres, los que muchas veces provocan la aparición del cáncer. Ayuda a las células cancerosas a obtener más oxígeno, ralentizando así su desarrollo y expansión.

Previene el envejecimiento. Beber agua alcalina neutraliza la acidez y elimina los residuos ácidos de las células y tejidos.