Salud

Examen de los efectos protectores de los ácidos grasos omega-3 en la fibrosis pulmonar

Los niveles más altos de ácidos grasos omega-3 en la sangre se asocian con una progresión más lenta de la enfermedad y una supervivencia más prolongada sin trasplantes en pacientes con fibrosis pulmonar, según encontró una nueva investigación publicada en la revista CHEST.¹

La fibrosis pulmonar es un grupo de enfermedades que causan inflamación y cicatrización del tejido pulmonar. Es una de las principales indicaciones de trasplante de pulmón y puede provocar insuficiencia respiratoria crónica y la muerte. Los tratamientos actuales pueden ayudar a ralentizar la progresión de la enfermedad, pero los efectos secundarios a menudo provocan su interrupción.

“Los ácidos grasos omega-3 de cadena larga son un subgrupo de ácidos grasos poliinsaturados que se derivan del ácido alfa linolénico o se obtienen de la ingesta dietética de alimentos como pescado y nueces o de medicamentos y suplementos”, escribieron los autores. “El papel de los ácidos grasos omega-3 en las enfermedades pulmonares crónicas ha despertado un interés significativo dados estudios epidemiológicos previos que sugieren una asociación protectora”.

Investigadores del Sistema de Salud de la Universidad de Virginia realizaron un estudio para determinar las asociaciones de los niveles plasmáticos de ácidos grasos omega-3 con la progresión de la enfermedad y la supervivencia sin trasplante en pacientes con fibrosis pulmonar. Los datos se obtuvieron del Registro de Pacientes de la Fundación de Fibrosis Pulmonar, la Universidad de Virginia y la Universidad de Chicago.

La cohorte del estudio incluyó a 309 pacientes con fibrosis pulmonar clínicamente diagnosticada, de los cuales el 74% eran hombres y el 88% tenían fibrosis pulmonar idiopática. Las concentraciones de ácidos grasos en muestras de plasma sanguíneo se evaluaron mediante cromatografía líquida de ultra alta resolución.

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La principal variable de exposición de interés fue el índice N-3, que mide el porcentaje de ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA) en las membranas de los glóbulos rojos.

Los investigadores descubrieron que concentraciones más altas de ácidos grasos omega-3 estaban asociadas con la capacidad de intercambiar dióxido de carbono de manera más eficiente durante un período de 12 meses. Los niveles más altos del índice N-3 también se asociaron con una supervivencia sin trasplante más prolongada. Los antecedentes de enfermedades cardiovasculares, el tabaquismo y el uso de antibióticos no modificaron significativamente las asociaciones.

Además, los niveles de ácidos grasos omega-3 no se asociaron significativamente con cambios en la capacidad vital forzada.

Las limitaciones del estudio incluyen no repetir las mediciones de ácidos grasos, la falta de datos disponibles sobre muestras biológicas de pulmón y ácidos grasos omega-3, y que las 3 cohortes del estudio eran de Estados Unidos. Los investigadores también señalaron que sus hallazgos podrían explicarse por el hecho de que “…las concentraciones más altas de ácidos grasos omega-3 pueden ser un marcador indirecto de mejores prácticas generales de salud y estilo de vida”.

“Necesitamos más investigaciones para determinar si existen ácidos grasos omega-3 específicos que puedan ser beneficiosos y, de ser así, cuáles son sus mecanismos subyacentes”, dijo en un comunicado el Dr. John Kim, autor principal del estudio.² “Al igual que con otras enfermedades crónicas, esperamos determinar si las intervenciones relacionadas con la nutrición pueden tener un impacto positivo en la fibrosis pulmonar”.