- Por Lyse Doucet
- Corresponsal internacional jefe
Hace 2 horas
La última ronda de la rivalidad más peligrosa de la región parece haber terminado, por ahora.
Israel todavía no ha reconocido oficialmente que el ataque en Irán en las primeras horas de la mañana del viernes fue obra suya.
Mientras tanto, los líderes militares y políticos de Irán han restado importancia, han desestimado e incluso se han burlado de que haya sucedido algo importante.
Los relatos sobre qué tipo de armamento se desplegó el viernes y cuántos daños se causaron siguen siendo contradictorios e incompletos.
Los funcionarios estadounidenses hablan de un ataque con misiles, pero los funcionarios iraníes dicen que los ataques, en la provincia central de Isfahan y en el noroeste de Tabriz, fueron causados por pequeños drones que explotaron.
“Los microaéreos derribados no causaron daños ni víctimas”, insistió el Ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Hossein Amir-Abdollahian, a la agencia de noticias semioficial Tasnim.
Pero estos simples cuadricópteros son la tarjeta de presentación de Israel: los ha desplegado una y otra vez en sus años de operaciones encubiertas dentro de Irán.
Esta vez su objetivo principal era la histórica provincia central de Isfahán, famosa por su impresionante herencia islámica.
Image caption: Una mujer iraní pasa junto a una pancarta antiisraelí con imágenes de misiles en Teherán el viernes.
Últimamente, sin embargo, la provincia es más famosa por la instalación nuclear de Natanz, el Centro de Tecnología Nuclear de Isfahán y una importante base aérea, que fue utilizada durante el ataque de Irán contra Israel el 14 de abril.
También es un corazón industrial que alberga fábricas que producen los drones y misiles balísticos que fueron disparados por cientos en dirección a Israel el domingo pasado.
De modo que una operación limitada parece haber conllevado una poderosa advertencia: que Israel tiene la inteligencia y los recursos para atacar a voluntad el corazón palpitante de Irán.
Es un mensaje tan urgente que Israel se aseguró de que fuera enviado antes, y no después, del inicio de la Pascua judía, como fue ampliamente predicho por los observadores de Israel.
Los funcionarios estadounidenses también han indicado que Israel apuntó a sitios como el sistema de radar de defensa aérea de Irán, que protege Natanz. Aún no hay un relato confirmado de su éxito.
Así que este ataque también puede ser sólo una salva inicial. Pero fue, por el momento, un regalo involuntario por el 85º cumpleaños del Líder Supremo de Irán, el Ayatollah Ali Khamenei.
El silencio oficial de Israel dio al máximo responsable de la toma de decisiones en Irán un espacio político vital. Teherán no tuvo que invocar su nueva regla de que cada vez que su archienemigo ataque, Irán devolverá el golpe con fuerza, con el riesgo de desencadenar una peligrosa espiral de escalada.
Irán también disfruta de lo que considera su nueva proyección de poder.
El presidente de línea dura, Ebrahim Raisi, ni siquiera mencionó estos acontecimientos más recientes en sus discursos del viernes.
Para la República Islámica, se trata de lo que denomina Operación Promesa Verdadera: su ataque sin precedentes contra Israel en la oscuridad de la noche del domingo pasado. Saludó lo que llamó la “voluntad de acero” de su país.
Irán se ha enorgullecido durante años de su “paciencia estratégica”, su política de jugar a largo plazo en lugar de tomar represalias inmediata y directa ante cualquier provocación.
Ahora invoca la “disuasión estratégica”. Esta nueva doctrina fue desencadenada por el ataque del 1 de abril a su complejo diplomático en Damasco, que destruyó su anexo consular y mató a siete Guardias Revolucionarios, incluido su comandante de mayor rango en la región.
El líder supremo de Irán estaba bajo una presión cada vez mayor para trazar una línea mientras Israel intensificaba sus objetivos durante los últimos seis meses de la dolorosa guerra de Gaza.
Israel ya no se limitaba a atacar los activos de Teherán, incluidos depósitos de armas, edificios, bases y rutas de suministro en campos de batalla como Siria y el Líbano, sino que también asesinaba a funcionarios de alto rango.
Una hostilidad de décadas de duración, que anteriormente se había manifestado en guerras en la sombra y operaciones encubiertas, estalló en una confrontación abierta.
Cualesquiera que sean los detalles de este último ojo por ojo, hay una prioridad más fundamental para ambas partes: la disuasión: una certeza más sólida de que los ataques en su propio territorio no volverán a ocurrir. Si lo hacen, tendrán que pagar un costo y será doloroso.
Por el momento se puede escuchar un suspiro de alivio en la región y en las capitales de todo el mundo.
La última medida de Israel, ante la ansiosa insistencia de sus aliados de limitar sus represalias, habrá aliviado esta tensión, por ahora. Todo el mundo quiere detener una guerra total y catastrófica. Pero nadie tendrá dudas de que la pausa puede no durar.
La región sigue en llamas.
La guerra de Gaza continúa y causa un número asombroso de víctimas palestinas.
Bajo la presión de sus aliados más acérrimos, Israel ha facilitado la entrega de mayores cantidades de ayuda que se necesita desesperadamente, pero el territorio arruinado todavía se tambalea al borde de la hambruna.
Los rehenes israelíes aún no han regresado a casa y las conversaciones de alto el fuego están estancadas. Israel todavía advierte sobre batallas que se avecinan en el último bastión de Hamas en Rafah, lo que los jefes de ayuda y líderes mundiales dicen que sería otro desastre humanitario indecible.
La red de representantes de Irán en toda la región, lo que llama un “Eje de Resistencia” que se extiende desde los bastiones de Hezbolá en el Líbano, pasando por las milicias alineadas con Irán en Irak y Siria, hasta los hutíes de Yemen, está lista y sigue atacando a diario.
En las últimas semanas, todo y nada ha cambiado simultáneamente en los días más oscuros y peligrosos de la región.
2024-04-20 02:46:40
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