Niñera, de Joyce Carol Oates: Miedo en Detroit

Dos oates Además (una novela, una colección de cuentos, que sabemos sirven de “laboratorio” para sus novelas), la cosecha del año para Philippe Rey, que debe ser el único que ha leído todo lo que ella publicó. ¡El crítico no puede seguir el ritmo!

Después de ser considerada una escritora prometedora, en los años 1980 perdió defensores: escribía demasiado, demasiado rápido, no parecía satisfecha. A quienes se lo reprochaban, ella respondía (un poco como Jean Anouilh, cuyo problema se decía que era no ver una o dos obras suyas cada temporada) que ella sólo sabía hacer eso, y que no estábamos obligadas a hacerlo. para leerlo. Aujourd’hui, elle semble enfin mise à sa vraie place, l’une des premières de la littérature américaine, et on croit déjà lire les articles qui seront écrits lors de sa disparition, et qui déploreront qu’elle n’ait pas obtenu le ¡premio Nobel!

Porque nunca decepciona, y su obra, junto a sus libros más conocidos (entre ellos Rubio suntuoso…