Occidente debe atacar ahora y colapsar el régimen iraní.

Oculto para muchos en Occidente está el caos interno causado por los acontecimientos de ayer en Irán. Las últimas 24 horas han expuesto la vulnerabilidad del régimen clerical, y para el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei –que gobierna con poder absoluto– esta será la principal conclusión del accidente de helicóptero de ayer y de la muerte del presidente Ebrahim Raisi.

El ayatolá de 85 años seguramente considerará el accidente que mató a Raisi como una “prueba” de su propia muerte y sucesión. Y visto desde esta perspectiva, el manejo del régimen de las últimas 24 horas será extremadamente preocupante.

Como parte de su manifiesto “Segunda Fase de la Revolución Islámica” de 2019, el anciano ayatolá ha pasado los últimos cinco años “purificando” el régimen, empoderando a una nueva generación de absolutistas ideológicos, con el fin de completar su proyecto de personalización del poder para garantizar una sucesión fluida y ordenada cuando muera.

El líder supremo hizo esto para controlar a sus élites, sabiendo muy bien las divisiones que podrían aparecer después de su muerte y, lo que es más preocupante, que la población iraní, que abrumadoramente busca un cambio de régimen, utilizaría la muerte de Jamenei como una oportunidad para lograrlo. la desestabilización y el colapso del régimen y por tanto de su legado.

Para mitigar este escenario, el proceso de purificación de los últimos cinco años ha instalado una nueva generación de absolutistas de Jamenei en todos los puestos clave, priorizando plenamente el compromiso ideológico sobre la experiencia o los conocimientos técnicos.

El nombramiento de facto de Raisi como presidente en junio de 2021 fue parte de esta “Segunda Fase”. Desde entonces, el líder supremo ha instalado una nueva generación de extremistas en todos los puestos políticos, militares y burocráticos clave, algo que Occidente ha pasado por alto por completo en su obsesión por restaurar el acuerdo nuclear de 2015. El objetivo del régimen en Irán ha sido garantizar que la ideología de Jamenei le sobreviva y que haya un proceso de sucesión ordenado de principio a fin.

leer más  Más de siete de cada diez profesores sufren depresión y ansiedad durante las inspecciones de la Ofsted, ya que el impacto de las visitas en la salud mental queda al descubierto tras la muerte de la directora Ruth Perry.

La gestión del accidente del helicóptero de Raisi y su posterior muerte ha sido todo menos eso. De principio a fin, los nuevos fanáticos al mando han demostrado una total incompetencia: no han logrado controlar las comunicaciones, no se han apegado a los protocolos de emergencia bien ensayados y, en última instancia, han entrado en un modo de pánico total.

Esto ha expuesto las profundas vulnerabilidades del régimen. Es posible que Jamenei haya pensado que priorizar el compromiso ideológico sobre la experiencia o los conocimientos ayudaría a controlar a sus elites. En realidad, parece haber exacerbado la incompetencia del régimen, ya que esta nueva cohorte claramente carece de las capacidades para garantizar una sucesión sin problemas.

Jamenei, que ha preservado la supervivencia de su régimen islamista derramando sangre constantemente en las calles iraníes, será plenamente consciente de que si las élites del régimen manejan su muerte como lo hicieron con la de Raisi, su proyecto podría desmoronarse por completo.

Pero como dice el viejo refrán: la pérdida de otra persona es la ganancia de otra persona. Si bien el caos de las últimas 24 horas habrá aumentado la angustia del ayatolá, al mismo tiempo ha elevado la moral del pueblo iraní.

Ignore la propaganda de la televisión estatal iraní, que actualmente está recirculando en los principales medios de comunicación de Occidente. Los iraníes no “acuden en masa” para lamentar el fallecimiento de Raisi: lo están celebrando. La muerte del presidente, conocido como el “Carnicero de Teherán”, fue recibida con fuegos artificiales y alza de bebidas alcohólicas.

Al igual que Jamenei, el pueblo iraní ha estado siguiendo de cerca la forma en que el régimen manejó el accidente y cómo las elites entraron en pánico. Y seguramente están cada vez más confiados en que la muerte de Jamenei –y el consiguiente e inevitable caos entre las élites que provocará– creará la mejor oportunidad para poner fin a la República Islámica de una vez por todas.

leer más  Muere un cachalote varado frente a la costa del Golfo de Florida, dicen las autoridades

Ésta es una oportunidad que debería aprovecharse. Debemos apoyar las ambiciones democráticas del pueblo iraní de poner fin a un régimen que mata a su propio pueblo, busca erradicar el único Estado judío del mundo y exporta terror a todo el mundo.

En lugar de ofrecer condolencias al régimen –como lo han hecho descaradamente los funcionarios de la UE– Occidente debería centrarse en el pueblo iraní en su diplomacia pública. Debería amplificar los llamamientos del pueblo iraní para poner fin a la República Islámica. Al mismo tiempo, el gobierno de Estados Unidos y sus aliados deberían considerar operaciones encubiertas (tanto cibernéticas como cinéticas) para exacerbar las divisiones dentro de la élite del régimen y envalentonar al pueblo iraní contra el régimen.

No nos equivoquemos: el colapso de la República Islámica será el acontecimiento más liberador para el pueblo iraní, Oriente Medio y la seguridad global.

El embajador Mark D. Wallace es el director ejecutivo de United Against Nuclear Iran y ex embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas.

Kasra Aarabi es directora de investigación del IRGC en United Against Nuclear Iran

2024-05-20 14:17:00
1716310820
#Occidente #debe #atacar #ahora #colapsar #régimen #iraní

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.