Persiste el panorama negativo para la economía peruana, con caídas en la producción, inversión y exportaciones no tradicionales

Según el Instituto Peruano de Economía (IPE), los últimos indicadores de actividad económica muestran un persistente panorama negativo para la producción y la inversión privada, así como un deterioro del sector exportador no tradicional.

En julio, la economía nacional cayó un 1,3%, anotando su quinto resultado negativo en el año. Esta caída se explicó por la continua caída de la manufactura (-13,9%) y la construcción (-8,8%), sumado a la menor producción pesquera (-47,9%) y agropecuaria (-0,7%). Estos retrocesos fueron parcialmente compensados por el avance de la minería (+13,3%).

Asimismo, el volumen de las exportaciones no tradicionales se contrajo un 10,2% en julio, una caída más fuerte que la del mes previo (-1,9%). Este resultado respondió, principalmente, a que los envíos de agroexportación disminuyeron por primera vez en tres años, afectados, entre otros factores, por fenómenos climáticos. Además, las exportaciones textiles y químicas acumularon más de seis meses de caída.

Hacia agosto, el impulso de la minería se moderó al registrar un crecimiento de solo el 4,6%, ante la normalización de la producción de las minas paralizadas durante el año pasado, como Las Bambas. Así, la extracción de cobre pasó de crecer anualmente un 18,1% en julio a un 7,5% en agosto, explicado en gran parte por la nueva producción de Quellaveco.

Por su parte, el panorama de la inversión privada se agravó en agosto, al registrarse una mayor caída del despacho local de cemento (-13,0%) frente al mes previo (-7,5%). Con ello, este indicador acumuló once meses consecutivos de retroceso. Además, las expectativas de la economía a 3 meses empeoraron ligeramente en agosto, sumando 29 meses seguidos en terreno pesimista.

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Respecto al mercado laboral, en el trimestre junio-agosto, el empleo adecuado en Lima Metropolitana creció un 7,8% anual, un ritmo mayor al del trimestre móvil previo (5,8%). Sin embargo, aún quedan por recuperar más de 100 mil puestos de trabajo adecuados para alcanzar los niveles prepandemia.

Por otro lado, en septiembre, el precio del pollo en centros de acopio de Lima Metropolitana disminuyó a un promedio de S/ 4,9, un nivel mínimo en más de dos años, desde abril de 2021, luego de la disipación de la gripe aviar y la reducción del precio del maíz. En tanto, las ventas de pollo ascendieron a 2.000 toneladas por día, aún un 2,7% por debajo del volumen alcanzado en septiembre de 2022.

En cuanto a los indicadores de consumo, la demanda de electricidad creció un 3,1% en septiembre, un ritmo menor que el mes previo (4,0%). Esto se explicó por la desaceleración del consumo de electricidad de usuarios no mineros, quienes registraron un crecimiento de solo el 2,5%, mientras que la demanda de los usuarios mineros aumentó un 4,4%.

Finalmente, la inversión pública retrocedió por tercer mes consecutivo al registrar una caída del 3,3% en septiembre, en términos reales. El resultado respondió a la menor inversión de los gobiernos subnacionales (-13,1%), que mostraron dificultades para ejecutar sus presupuestos en su primer año de gobierno, lo que contrarrestó la mayor inversión del Gobierno Nacional (+13,4%).


En resumen, los últimos indicadores de actividad económica en Perú muestran un panorama negativo para la producción y la inversión privada, así como un deterioro del sector exportador no tradicional. La economía nacional ha experimentado una caída en julio, impulsada por la disminución en la manufactura, la construcción y la producción pesquera y agropecuaria. Aunque la minería ha presentado un crecimiento, las exportaciones no tradicionales han sufrido una contracción en julio. Además, la inversión privada ha empeorado, mientras que las expectativas económicas a corto plazo continúan siendo negativas. En cuanto al mercado laboral, se ha observado un crecimiento en el empleo adecuado, pero aún queda un largo camino por recorrer para la recuperación total. Por otro lado, el precio del pollo ha disminuido, pero las ventas aún no han alcanzado los niveles pre-pandemia. En términos de consumo, la demanda de electricidad ha experimentado una desaceleración. Por último, la inversión pública ha retrocedido debido a las dificultades en la ejecución de los presupuestos de los gobiernos subnacionales. En general, estos indicadores reflejan un panorama económico desafiante para Perú en el corto plazo.


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