El poder transformador de la meditación y el mindfulness: una mirada hacia la paz interior

Las opiniones expresadas por los columnistas son de su total y absoluta responsabilidad personal, no compromete la línea editorial ni periodística de LA CRÓNICA S. A. S.

Cada vez se hace más necesario cultivar habilidades introspectivas superiores que permitan encontrar en sí mismos, más allá de lo que nos ofrece el mundo consumista, materialista y egoísta, fuentes profundas de satisfacción que trascienden a conformarnos con estímulos superficiales de felicidad, que en realidad solo se limitan a otorgarnos placer y euforia, o alegría pasajeras.

El cultivo de la paz mental y la paz interior ha venido siendo estudiado por la ciencia, pero antes de que este interés interesara a las neurociencias, a la psicología, a la psiquiatría y a la medicina, ya existían hace siglos escuelas que promovían su uso como fuente de bienestar.

La meditación posee bases orientales y medio orientales y en especial en regiones de Japón, China, India, Nepal, Tíbet se han practicado durante siglos diferentes doctrinas y tipos de meditación.

El mindfulness es el concepto más comercializado hoy en día en salud mental, incluso ya presente en congresos académicos y científicos, y se refiere a la capacidad de prestar atención plena al momento presente. Es la capacidad mental de estar en el aquí y en el ahora con toda la atención, con todos los sentidos, sin los afanes de la cotidianidad, sin las heridas del pasado y sin las preocupaciones del futuro.

Ojo léase bien la palabra preocupaciones -se refiere a que nos pre-ocupamos por lo que aún no acontece-, pero podría acontecer con base en nuestros miedos, heridas y más profundos vacíos. De allí surge lo que denomina la ciencia, en particular la psicopatología: los trastornos de ansiedad.

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De la fijación al pasado por su parte se alimenta la enfermedad mental más prevalente en la historia de la humanidad: La depresión.

Los sentimientos de culpa, las frustraciones, las comparaciones, los vacíos afectivos, las pérdidas, las carencias están centradas en una posición autovictiizante y auto castigadora que mantiene al hombre sediento de algo que el mundo no le ha dado, algo que le ha quitado o víctima del daño que ha sufrido. Es una posición neurótica (angustia) infantil (caprichosa) y regresiva (inmadura) ya que se queda fijado en la carencia tal cual infante indefenso y frustrado.

En síntesis, las fijaciones al pasado y al futuro nos impiden vivir el momento presente con plenitud. Vivimos, pero no vivimos, esa es la paradoja, ya que estamos abstraídos por las obligaciones, las preocupaciones o por las heridas del pasado.

La fuente de todo sufrimiento es entonces la mente.

La psicología cognitiva ha hecho múltiples esfuerzos por ayudar a las personas a reestructurar su mente y a ser más justos consigo mismos y con la interpretación de lo que se llama la tríada cognitiva, la percepción de sí mismos, del mundo y del futuro.

Sin embargo, el mindfulness busca más que resignificar, entrenar la mente para que esos pensamientos destructivos, irracionales y distorsionados de la realidad que nos posicionan en actitudes neuróticas, simplemente no aparezcan, no lleguen y no se aniden en nuestras mentes.

Por su parte, la meditación más profunda que trasciende a la consciencia plena posee diferentes escuelas y doctrinas. Una de ellas y muy terapéutica y sanadora, es la meditación de la filosofía del budismo tibetano, apta para personas de cualquier credo. Esta meditación busca no solo atención plena en el presente, sino que el hombre trascienda en su capacidad de contemplar y percibir el mundo hacia el desarrollo de una profunda consciencia espiritual en la que todos somos uno y uno somos todo. Somos parte de algo más grande que nuestros egos.

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La meditación del amor benevolente o la meditación de la autocompasión permiten al individuo entrenarse en la capacidad de ser plenamente conscientes, de las consecuencias que generan las emociones perturbadoras en nosotros mismos y en otros. Estas son: odio, envidia, ira, apego, avidez, codicia y rencor.

Por su parte, la meditación trascendental permite cultivar emociones como Ecuanimidad, mesura, desapego, alegría altruista, benevolencia, ecuanimidad y moralidad genuinas a través del amor y la compasión con nosotros, con todos nuestros semejantes y con los demás seres vivos.

Las terapias basadas en mindfulness son hoy en día una gran alternativa para alcanzar la plenitud psicológica y la liberación del sufrimiento.

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#mindfulness #meditación #bienestar #emocional
2023-12-10 05:59:08

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