Isco: el renacimiento de un futbolista que encontró su camino de vuelta

Ayer leí a Benjamín Prado en Paradero desconocido que todo el que hace planes hace uno solo: ser otro. Siento contradecirle. Hay quien hace planes para volver a ser él mismo. Porque a veces nos perdemos entre tanto propósito cuando lo más sencillo es controlar el balón con el pecho, bajarlo al suelo, respirar y enchufar el GPS. Isco llevaba varios años braceando en chicle, peleando contra el desánimo, entrenadores (Solari), haters con máscaras, responsables (Monchi) y hasta consigo mismo que es lo que hacemos cuando el viento nos viene en contra. Daba la impresión de que corría detrás de cada tren que pasaba y que acababa viéndolo perderse, manos en las rodillas, crítica exaltada.

El convoy del Sevilla fue doloroso. Porque el de Arroyo de la Miel llegó al Pizjuán después de romperse prematuramente en el Real Madridal modo de una de esas figuras del Zoo de Cristal de Tennessee Williams. Lo hizo avalado por un Lopetegui que siempre le ha rezado y en un entorno que parecía destinado a su arte. No fue nada bien, como sabemos, y se cerró la puerta grande para abrir la de atrás. Su enganchón con Monchi, desvelado por Relevo, hizo ver a todas las partes que el matrimonio se había desplomado cuando ni siquiera se habían probado.

Tal vez por eso Isco se marchó y se agarró a uno clavo ardiendo, esos que provocan quemaduras de segundo grado. Cuando nos precipitamos buscamos una salida de emergencia y el malagueño la creyó encontrar en el Unión Berlín, un destino random (signifique lo que signifique random) y que finalizó antes de empezar, con nocturnidad y metiendo las maletas en el coche con la cabeza gacha, casi con vergüenza. Discrepancias con el sueldo o engaños con el contrato, tanto da. Lo cierto es que ese fichaje interruptus le cambió e hizo ver que lo mejor era frenar y, con 30 años, hacer planes para encontrar su fútbol y no tirar la toalla.

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Ha pasado justo un año desde aquel golpe contra el muro de Berlin y ahora ve todo con un color especial. Meses de trabajo físico (volvió a ser consecuente con la relación cuerpo-fútbol), mental y familiar, el respaldo ignífugo de Pellegrini, con quien vivió sus mejores años en Málaga, y la ilusión y le optimismo por jugar le reengancharon a la vida deportiva. Cayó de pie en un Villamarín rendido desde el primer día porque los desengaños sevillistas son amores béticos a primera vista. En esa manta volvió a calentarse y pegó los cascotes hasta dejar de hacer planes. Porque ha vuelto a enganchar un MVP casi cada jornada y al Betis no le ha quedado más remedio que renovarle hasta 2027 a los pocos meses de contratarle. Le han sobrado los motivos.

No lo escondo. Me alegro por Isco porque siempre disfruté del Renacimiento. Sin embargo, confieso que no fue en él en quien pensé cuando el club verdiblanco hizo pública la extensión de contrato del futbolista. La cabeza se me fue a su mujer, Sara Sálamo, y la mirada huyó a las redes sociales. “Todo es culpa suya”, era el comentario más recurrente en un espacio donde se baila alrededor de hogueras hechas con árboles caídos. El malagueño tosía y medio Twitter la señalaba con el dedo del machismo, el mismo que hoy se pone en los labios para evitar reconocer que este Isco sí es culpa suya.

Ahora que se aproxima el final de año, sería conveniente que quien tenga entre sus aficiones lanzar dardos detrás del anonimato haga planes para que en 2024 no contradiga a Benjamín Prado y se convierta en otro.

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Sergio Gómez es jefe de edición en Relevo y escribe historias y reportajes humanos sobre el Real Madrid y el resto del fútbol de élite. Natural de Madridejos (Toledo), estudió Periodismo en la Universidad Complutense, comenzó a gatear en la Cadena Cope y creció profesionalmente durante 18 años en el diario AS, donde empezó como redactor de Cierre y pasó por Segunda B, Fútbol, Atlético de Madrid y, desde 2008, por la sección del Real Madrid. Desde 2016 a 2022 llegó a la web como jefe de sección y editor para potenciar la transformación digital de la redacción.


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#pasa #Isco #culpa #mujer #síRelevo
2023-12-28 16:33:40

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