La obesidad al principio del embarazo aumenta el riesgo a largo plazo de tromboembolismo venoso

Un reciente Informes Científicos El estudio investigó la asociación entre la obesidad al principio del embarazo y el riesgo de tromboembolismo venoso (TEV) a largo plazo después del embarazo.

Estudiar: Sobrepeso y obesidad antes del embarazo y riesgo a largo plazo de tromboembolismo venoso en mujeres. Haber de imagen: FotoDuets/Shutterstock.com

Fondo

El TEV es una afección médica en la que se forma un coágulo de sangre en una vena. Es la tercera forma más común de enfermedad cardiovascular aguda, después del infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular.

Hay dos formas de TEV: embolia pulmonar (EP) y trombosis venosa profunda (TVP).

A nivel mundial, cada año se documentan alrededor de 10 millones de casos de TEV. Se espera que la tasa de prevalencia de TEV aumente significativamente a 700 por 100.000 en personas mayores de 70 años debido al aumento de la esperanza de vida.

En la última década, la prevalencia de la obesidad, tener sobrepeso, y la obesidad grave ha aumentado significativamente entre los jóvenes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) documentó que la prevalencia de la obesidad aumentó aproximadamente tres veces entre 1975 y 2016.

Aunque la obesidad ha sido identificada como uno de los principales factores de riesgo de TEV, esta observación se basa en un número limitado de casos.

Un estudio anterior ha indicado que la obesidad en los hombres durante la edad adulta temprana aumenta el riesgo de TEV en la mediana edad. Sin embargo, este estudio no logró indicar si existe un vínculo entre la obesidad en los primeros años de vida y la incidencia de TEV en las mujeres.

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Sobre el estudio

El estudio actual analizó si la obesidad durante las primeras etapas del embarazo aumenta el riesgo a largo plazo de TEV. Todos los datos relevantes se obtuvieron del Registro Médico Sueco de Nacimientos (MBR), que tiene una alta cobertura.

Se incluyeron mujeres entre 18 y 45 años que dieron a luz a su primer hijo entre el 1 de enero de 1982 y el 31 de diciembre de 2014.

Todas las mujeres incluidas en este estudio estaban embarazadas. El peso inicial indicó el peso inicial del embarazo en las semanas 8 a 12. Durante este período, sólo se gana peso marginal debido al embarazo.

Una desventaja de incluir sólo a mujeres embarazadas en la cohorte fue que este grupo era relativamente más sano que la mujer no embarazada promedio.

Hallazgos del estudio

Este estudio de cohorte a gran escala basado en registros incluyó a 1.068.040 mujeres que cumplían todos los criterios de elegibilidad. La edad media de la cohorte de estudio fue de 27,5 años y su IMC medio fue de 23,5 kg/m.2. El tiempo de seguimiento de este estudio fue de 12,9 años.

En este estudio se observó una asociación lineal sólida entre el IMC y el riesgo de TEV a largo plazo después del embarazo. Durante el seguimiento, se documentaron 3.997 casos de TEV. Se estimó la tasa de incidencia de TEV por 100.000 personas/año.

De cada 100.000 personas, 45,7 mujeres con un IMC de 30 a 34,9 kg/m2 y 61,1 mujeres con un IMC de 35 a 59,9 kg/m2 desarrolló TEV.

En comparación, la tasa de incidencia de TEV en mujeres con un IMC bajo, es decir, 20–22,4 kg/m2, fue significativamente menor, es decir, 22,1 por cada 100.000 mujeres. De acuerdo con los hallazgos de estudios anteriores, este estudio indica un riesgo significativo a largo plazo de TEV en el grupo altamente obeso.

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Curiosamente, la obesidad era mayor entre las mujeres jóvenes en el momento del diagnóstico de TEV que entre aquellas con un IMC normal. En contraste con el presente estudio, un estudio anterior con menos participantes y una menor prevalencia de TEV indicó índices de riesgo (HR) más bajos relacionados con la obesidad.

Aunque el mecanismo preciso detrás del mayor riesgo de TEV en mujeres obesas no está claro, estudios previos han planteado la hipótesis de que podría estar asociado con factores físicos, como el flujo sanguíneo y la adiposidad.

El tejido adiposo podría estar asociado con el estado protrombótico presente en la obesidad, que influye en la hemostasia, la coagulación y la fibrinólisis. Cabe señalar que el mayor riesgo de TEV debido a la obesidad puede aliviarse mediante un control adecuado del peso.

Conclusiones

Dado que el registro de pacientes hospitalizados no estuvo disponible hasta 1987, es posible que algunos eventos tempranos de TEV no hayan sido incluidos en el análisis. Otra limitación del estudio es que MBR solo incluyó a mujeres que dieron a luz a bebés vivos y no incluyó pérdidas de embarazos ni niños nacidos muertos.

Por lo tanto, no se analizó el riesgo de TEV en estos grupos. En conjunto, este estudio podría haber subestimado la incidencia de TEV. La falta de datos del IMC durante el seguimiento fue otra limitación más.

Además, este estudio no logró determinar el grado de pérdida de peso que podría reducir el riesgo de incidencia de TEV.

A pesar de las limitaciones, este estudio reveló que el sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo a largo plazo de desarrollar TEV en comparación con aquellos con un IMC normal.

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Además, las mujeres jóvenes embarazadas con obesidad tienen un mayor riesgo de desarrollar TEV. Por lo tanto, es importante mantener un IMC normal durante la edad adulta para reducir el riesgo de TEV y otros resultados de salud desfavorables.

2023-09-07 11:40:00
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